jueves, 5 de abril de 2012

Pingüinos 2012

   A pesar de encontrarnos en el mes de abril quiero hacer referencia a enero, cuando pudimos asistir a la concentración motera de Pingüinos. Ésta vez fue la 31 edición y se celebró entre los días 12 y 15 de enero en Valladolid (Puente Duero) España, según su página web oficial se inscribieron nada menos que 26.715 y entre todos ellos nos encontrábamos nosotros.


   Hay que empezar diciendo que tanto Soraya como yo teníamos muchas ganas de ir, muchos moteros a lo largo de muchas concentraciones nos habían hablado de Pingüinos y la ponían como una especie de MECA motera, según decían en ella habían motos de todos los confines de Europa. Luego no era para tanto, en la concentración de Faro en Portugal, habían más.


   La fotografía de Marco Simoncelli junto a la entrada era para recordarnos su accidente días antes en un circuito de carreras.

   Tras un día de últimos preparativos y pasar por un chino para comprar unas prendas de agua por si acaso, llega el gran día ¡nos vamos a Pingüinos! esa mañana tuve que asistir a una clase obligatoria de la facultad y al terminar ya con la moto cargada, en marcha. A pocos kilómetros de Badajoz paramos a repostar y en la gasolinera una mujer no dice que ella también va para Pingüinos pero en coche, pues ella es de allí y hace mucho frío. Nos habla de "la centellada" que según parece es cuando la niebla se congela por estar bajo cero y venga en marcha.

   Partimos solos pero una vez allí la intención es juntarnos con un grupo de Badajoz, entre ellos varios vecinos. Hicimos la primera parada para descansar y a la vez comer en Cañaveral, una vez pasado Cáceres, en el restaurante Manolo, que por cierto nos atendió fenomenal, parecía conocernos de toda la vida, fue muy amable y nos hablaba de que allí paraban muchos moteros.

   La segunda paradita ya pasado Salamanca para poder repostar y donde nos indicaron que poco más adelante se encontraba un radar y que ya habían llamado varios moteros indicando que habían caído en él. Desde ese punto se complicó un poquito el tiempo, inició la noche y había una fuerte niebla, me pegué cerca de un coche y a ir tirando, de pronto la niebla comenzó a brillar como pequeñas estrellas en el aire y la moto comenzó a derrapar, jeje, siiii, la famosa centellada nos daba la bienvenida a Valladolid. Cuando conseguimos llegar a Puente Duero y tras preguntar por el pueblo donde se encontraba la concentración, dado que no había ningún cartel que lo indicara, paramos en un bar y cual fue nuestra sorpresa, AY OMA, el frontal de mi traje de moto era blanco, lo sacudí y noooo, solo era una pequeña capa de hielo, seguía siendo de color negro. La moto también tenía una capa de hielo por delante de espejos y demás, parecía una moto sacada del polo norte. Nos tomamos un carajillo y nos fuimos a realizar la inscripción, allí nos dieron un caldo caliente, que rico y que bien entraba.

   Una vez inscritos nos fuimos a Valladolid donde nos quedamos a dormir en un hotel, cuando entramos en la habitación y nos dimos una ducha caliente parecía que habíamos vuelto a nacer.

   A la mañana siguiente antes de aproximarnos a la concentración hicimos algo de turismo por Valladolid. Es una ciudad típica castellana y nos gustó mucho, aunque hacía mucho frío.


   Parece ser que sus lugareños están acostumbrados y aun decían que no hacía mucho frío.


   Cuando me refería a una ciudad típica castellana me refería a esto, su gran plaza con soportales y edificios de piedra.


   Menos mal que en los establecimientos había una buena calefacción y se podía entrar en calor, además los vinos con denominación Ribera del Duero, son muy buenos y también calientan.


   Cuando digo que hacía frío es de verdad, aquí aparece Soraya al medio día cuando hacía más calorcito y aun así estábamos a dos grados bajo cero.

   Pero bueno hemos ido para estar en Pingüinos así que en marcha.


   La verdad es que habían muchas motos, ya para el segundo día la organización había situado carteles de donde se encontraba la concentración, menos mal, de todos modos ahora ya sabíamos donde estaba.


   Una cosa que me llamó mucho la atención es que todo circula en torno a lo comercial, si quieres una camiseta o cualquier adorno que ponga Pingüinos te lo compras, para ello ya has pagado la entrada al recinto y con ello tienes dos pegatinas, a cada cual peor, una braga para el cuello de propaganda de abanderado, un pin, menos mal y unos ticket para poder coger caldo caliente y para las suculentas comidas que nos ofrece la organización. Digo "suculentas comidas" porque tas hacer una mega cola enorme nos daban una rebanada de pan y un trozo de chorizo mal cocido.

   Pero lo mejor de todo era cuando salías a la ruta y una vez allí, búscate la vida. Igual que cuando das una patada a un hormiguero habían motos por toda la comarca y lo mejor nadie sabía para donde iba. Los moteros dando vueltas buscando el camino de vuelta, bueno no pasa nada habíamos ido a disfrutar de la moto, pero la organización fatal, es la peor organización que he visto en una concentración de motos y con diferencia. Le llegué a decir a alguien de la organización que no habían indicaciones y que nunca había visto que no acompañaran de vuelta de las rutas y me contestó en plan borde que no éramos niños que hubiera que llevarnos de la mano. Que gracioso. Pues yo le dije que si quieres organizar algo hay que hacerlo bien y que ya entendía que hubiera otra concentración llamada Motauros y que se disgregó de la de Pingüinos.


   Por la tarde ya nos unimos al grupo de Badajoz, ellos se quedaban dentro del recinto en tiendas y estaban muy contentos en un principio porque les habían facilitado leña, allí estuvimos de fiesta alrededor de la hoguera.

   Ésta concentración está a modo de romería local que en lugar de ir con la familia van con la moto, es un fin de semana de campo.

   A medida que pasaba la noche y se acabó la leña vimos que las peñas moteras del lugar si tenían pero la organización se las llevaba casi a donde estaban acampados y cuando otra persona iba a coger no te daba tiempo a casi nada. Hacía mucho frío y decidimos de regresar al hotel. Sorpresa, la batería de la moto se había congelado y no arrancaba, acudí a la organización para pedir unas pinzas y no voy a decir a donde me mandaron, pero tuvimos suerte, cogimos un taxi y al salir de la concentración un control de alcohol de la Guardia Civil, no pude contar a cuantas motos tenían paradas.


   A la mañana siguiente tras levantarnos casi a la hora de comer y comprar una batería regresamos a la concentración y bueno que decir una cervecita, pero dolían las manos de tenerla agarrada. QUE FRÍO.


   Ya había llegado todo el que tuviese pensado acudir y había gente de lo más genuina.



   El look grandes barbas y pelo a lo troglodita era el que más se llevaba, imagino que quien ya estuvo alguna vez decide ir abrigadito, jejeje.


   Desde luego lo que mejor entraba era un vaso con caldo caliente y además estaba rico. Aunque minha mais.


   Pese a la mala organización en general, por suerte la entrada y salida de motos del recinto estaba bien, dividieron la entrada en dos y así había un lado de entrada y otro de salida.


   Amaneciendo en la concentración, aún con la bruma y algunas hogueras encendidas.


   Habían motos de todo tipo, carretera, naked, cross, trail, scooter, turismo, custom, motos de tres ruedas e incluso una con caravana, en ella aprovechaban todos sus colegas y dejaban los cascos y demás cuando se movían. Ésta moto llevaba hasta un cenicero, el dueño decía que era porque en una ocasión le denunciaron por tirar la colilla al suelo y así lo evita.


   Dentro del recinto habían muchos stand tanto para comprar suvenirs, como accesorios moteros y una zona de restaurantes, lo malo es que con el frío que hacía te lo tenías que comer bajo el fresquito y madre mía.

   De las rutas que se hicieron en moto una era por la noche y se hacía con antorchas, fue curiosa aunque muy corta, bueno aquí os pongo un enlace a un vídeo que muestra la ruta por el pueblo de Puente Duero con las antorchas, entre los segundos 0,25 y 0,26 del vídeo pasamos Soraya y yo con la moto, ella lleva la antorcha, bueno en realidad eran bengalas, en nuestro caso es de color verde.
http://www.youtube.com/watch?v=GnA9zthjtww

   El origen de ésta ruta con antorchas es hacer un homenaje a todos los moteros muertos en la carretera.


   Para terminar dejo ésta foto de un motero prevenido. Es sabido que las vespas (marca de la moto de la foto) llevan una rueda de repuesto, pues bien, éste motero además lleva una moza de repuesto, por si no funciona la de verdad. Espero que no le denunciaran por ir tres en una moto.

   Bueno y que decir de la vuelta, paramos para comer en el restaurante Río Frío, en Bejar (Salamanca) ya en el límite con Extremadura, nos comimos un chuletón que nos hizo coger todo el calor que habíamos perdido y menos mal que cogimos fuerzas, pocos kilómetros más adelante tuvimos que parar para estrenar los trajes de agua que habíamos comprado, ya se puso a llover y hasta casita, vaya mojada, más de doscientos kilómetros bajo la lluvia. Después de ésto estamos deseando que llegue Faro y poder disfrutar de la moto como se merece, con buen tiempo y además con la playa al lado.

   Ráfagas a todos los moteros y saludos para tod@s.

1 comentario:

  1. La verdad es que la organización era muy muy mala. Nos lo hemos pasado bien, por que no dependía de ella. Besazos!!!

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